El
Grupo Parroquial de Liturgia se inicia como un apostolado de la Parroquia San
Judas Tadeo, a partir del año de 1996. Bajo la dirección y acompañamiento
espiritual del Pbro. José Antonio Ararat. En aquel momento el grupo estaba
conformado por 10 a 12 integrantes, los cuales fueron formados litúrgicamente
para servir con la lectura de las Sagradas Escrituras en las celebraciones
litúrgicas (Misa Dominical, Solemnidades, Fiestas de nuestro Santo Patrono).
Dicho grupo siempre ha estado animado por un(a) Coordinador(a), quien se
encarga de dirigir las enseñanzas y organización del equipo, y sirve como
puente entre el párroco y el grupo.
De
esta manera, el Grupo de Liturgia, en sus inicios se reunía dos veces por
semana. Un día para la formación y otro para el ensayo de las lecturas. Así se
atrajo a varias personas para servir al Señor y a la Asamblea desde este
apostolado. Se preparaban actividades formativas con el objetivo de llegar a
ser Proclamadores de la Palabra.
Actualmente
el Grupo de Liturgia, cuenta con el acompañamiento del Párroco Pbro. Humberto
Tirado, y está compuesto por un total de 28 integrantes, de los cuales 25 son
asiduos a las reuniones y actividades del grupo. Nos reunimos los miércoles,
dos veces por mes, con el objeto de acrecentar nuestra fe a través de la
lectura de la Palabra y organizar los equipos de trabajo del mes
correspondiente. El equipo de trabajo, en general por cada celebración, está
conformado por un monitor, tres lectores y un ungier. El ungier se encarga de
la bienvenida fraterna de los fieles para una mejor vivencia de la Celebración
Eucarística, el monitor por su parte realiza las invitaciones iniciales a cada
momento litúrgico, mientras que los lectores proclaman la Primera y Segunda
Lectura, y recitan el Salmo Responsorial.
Misión
Acompañar a
la Asamblea de Fieles en las celebraciones litúrgicas, haciendo vida de Iglesia
en su totalidad, guiando con la Palabra de Dios el ritmo de la acción pastoral
de nuestra parroquia; en la Fe, Esperanza y Caridad.
Visión
Catequizar
al Pueblo de Dios desde la liturgia, y toda su riqueza, para que se acerque al
Sacramento del Altar con conciencia de lo que se celebra; recuperando el
significado litúrgico del Domingo y las fiestas cristianas que son
indispensables y dan sentido a la Vida en Cristo.
“Jesús le contestó: ‘Si alguien
me ama, guardará mis palabras, y mi Padre lo amará y vendremos a él para hacer
nuestra morada en él’.” Jn.
14, 23.